La lámpara de mesa recargable diseñada por Rodolfo Dordoni es muchas cosas a la vez.
Fleur es poesía. Su portavasos transparente, abierto arriba, puede ser lleno de agua como un jarrón para acomodar una o más flores que descansan delicadamente sobre su cuerpo ligero coloreado por una presencia decisiva.
Fleur es función. Ilumina la superficie alrededor de su propia base pero también crea un amplio haz de luz en la superficie sobre la que se apoya, ya sea una mesa, un estante o un escritorio.
Es un valor añadido que Foscarini ha logrado gracias a una placa LED especialmente diseñada, con componentes miniaturizados que permiten obtener un haz de luz más amplio que el de las lámparas tradicionales que funcionan con pilas.
Fleur es atmósfera. A la transparencia y la ligereza del tallo están asociados con diferentes colores del cuerpo esclarecedor.
Fleur es eficiencia energética: sólo consume 1 Watt, sus LEDs son muy eficientes – carga rápida a través de una toma USB-C: expresan una luz intensa, variable gracias a un regulador táctil de presencia discreto que se puede sentir con los dedos al lado de la punta.
Estación de carga ubicada en la pantalla inferior.
Christophe Mathieu
Hamburgo, Alemania, 1961
Tiene nombre francés, nació en Alemania, pero su acento español conduce hasta las islas Canarias, donde creció. Llegó a Barcelona a mediados de los ochenta para acabar estudios de interiorismo. Poco después marchó a Milán y allí descubrió el diseño industrial colaborando con el arquitecto Marco Zanuso jr. en el desarrollo de productos para empresas como De Padova, Memphis y Driade; los arquitectos Roberto Menghi y Giulio Crespi; el diseñador industrial Sergio Coppola; y el arquitecto Antonio Zanuso en el proyecto ganador del concurso Piazza della Republica. Esta estancia milanesa le marcó profundamente.
Hombre inquieto, parece portador de ese ir y venir de sus progenitores belgas, que se aventuraron a afincarse en la España de los 60s. Con un padre arquitecto y manitas (se fabricaba las lámparas de casa con papiroflexia que había aprendido cuando trabajaba en Alemania), hace treinta años Christophe Mathieu transitó de la competición profesional de natación al mundo del diseño. Se mantiene abierto a los imprevistos de la vida, no excluye que a lo mejor un día lo deja y se dedica a algo muy distinto.
Asentado en Barcelona desde hace ya años, es uno de los diseñadores veteranos de Marset, para quien ha creado unos cuantos productos de éxito.
Cuerpo y pantalla de policarbonato de color. Difusor de policarbonato opal.
