Son los detalles que dan carácter a una atmósfera, colores a una música, unión a un plato de alta cocina. Dan valor al conjunto, invocan una visión y la sugieren.
Este es el gran poder de la nueva colección del pequeño electrodoméstico de la línea Años ’50. En colaboración con Matteo Bazzicalupo y Raffaella Mangiarotti, Smeg ha sumergido las manos en un pasado no demasiado lejano pero denso de mitos y figuras ideales: ha emergido con líneas sinuosas y atmósferas cromáticas y ha extraído los mejores partes ensamblándolas con la tecnología de última generación. Ha creado, así, electrodomésticos que son algo más, exactamente como el célebre FAB28, el frigorífico que no es solo un frigorífico.
Objetos de encuentro simbólico, iconos que transforman el espacio que ocupan, los nuevos pequeños de la línea Años ’50 evocan otros tiempos y modelan lo lugares de cada día, visten de un sentido nuevo aquello que ya existe o ya ha existido, así como ocurre en el arte y la memoria.
Productos de formas redondeadas y compactas, los pequeños electrodomésticos Smeg son protagonistas de la cocina, pensados para quién desea vivir no solo una experiencia de chef. Para aquellos que aman rodearse de objetos con fuerte carácter estético sin perder de vista las prestaciones de alta calidad. Desde la tostadora en versión 2×2 y 2×4, al hervidor, disponible sea en la versión eléctrica o electrónica, al robots de cocina y la batidora de vaso, los pequeños electrodomésticos son instrumentos que garantizan las máximas prestaciones en todas las fases de preparación de la comida, acercándose a la potente personalidad de los otros productos de la gama.
